lunes, 28 de mayo de 2012

Lectio Divina










 ¿Qué es la Lectio Divina?



Es la lectura orante de la Biblia. Es una práctica que realizaban ya las primeras comunidades desde la aparición de los primeros escritos. Y lo hacían desde la Fe en Jesús y animados por su espíritu.
Hacia 1150 el monje Guigo escribe el método para realizarla
¿Cómo es el método?
Consiste en realizar cuatro pasos
La Lectura
La Meditación
La Oración
La Contemplación
 Si nuestra vida de Fe la cimentamos sobre la palabra de Dios, nuestra vocación de enseñar el Evangelio crecerá y dará los frutos que el Señor espera de nuestro trabajo.



 Lectura y trabajo del texto elegido.


Es bueno que todos tengan la Biblia.

a) Lectura: Leerlo tranquilo, un par de veces. Ayuda leerlo en voz alta. Se puede intentar luego de la lectura reconstruir el texto, haciendo una ronda e invitando a que cada participante recuerde un pedacito del texto, en lo posible en orden cronológico. Es muy común que entre todos se reconstruyan hasta los más mínimos detalles. Atenerse sólo a lo que dice el texto, no interpretarlo todavía en este primer paso.



b) Trabajo con el texto: en este momento se aportan todos los elementos literarios, históricos, sociales, etc. que nos permitan entender mejor lo que el texto dice. Se podrían agrupar los elementos en tres categorías:

  •  Nivel Literario: compartir lo que sabemos sobre el género literario, el lenguaje, el estilo, observar los detalles, las partes en que está dividido.
  • Nivel Histórico: compartir lo que sabemos sobre la situación histórica del pueblo en ese momento, analizar los personajes que aparecen, que sabemos de ellos. Aportar todos los detalles sociales, políticos, económicos, geográficos, culturales y religiosos que nos permitan reconstruir la época y la sociedad en que fue escrito el texto leído.
  • Nivel Teológico: descubrir cuál es el mensaje del texto para el pueblo de ese tiempo, en las circunstancias históricas que vimos en el punto anterior y expresado en los términos literarios que también compartimos previamente. 
El objetivo de este primer paso es responder a la pregunta ¿qué dice el texto?


- Meditación.
Es el momento de rumiar el texto. "Sacarle jugo", es decir encontrarle sentido y relación con nuestra vida. Comprender e interpretar cuál es el mensaje del texto para nuestros días. Actualizarlo, comparar su mensaje con la situaciones que vivimos hoy y dejar que la Palabra las ilumine y nos guíe en el mejor camino para construir el Reino. el esfuerzo en este punto se
concentra en encarnar la Palabra leída en los desafíos de nuestras vidas personales, comunitarias y sociales. Escuchar a Dios que habla desde los acontecimientos que vivimos, que sufrimos y que vislumbramos como semillas de esperanza. Se trata de escuchar a Dios que nos habla con su Palabra desde la historia que compartimos.

Trabajar juntos, ¿esta Palabra de Dios cómo se relaciona con todo lo que vivimos y compartimos en la primera parte del encuentro? ¿cuál es su mensaje para nosotros, hoy, en nuestra realidad actual?

En este segundo momento la intención es responder a la pregunta ¿qué nos dice el texto?

- Oración
Todo lo compartido se presenta ante el Señor. A través de peticiones, acciones de gracias, ofrecimientos, súplicas de perdón, lecturas de salmos o cantos. Expresar en común un compromiso que nazca de la lectura y meditación dela Palabra.

Hasta este momento Dios es quien ha hablado, primero en lo que dice el texto, luego en lo que el mismo texto nos dice a nosotros. En la oración somos nosotros los que nos dirigimos a Dios, que nos ha hablado.

La meta de este momento responde ala pregunta ¿qué le decimos a Dios, después de escuchar su Palabra?

- Contemplación
Este es el nexo con la vida que continúa luego del encuentro y se prolonga hasta la próxima reunión. Contemplar a Dios es volver la mirada al mundo de todos los días, con sus problemas, sus desafíos e intentar descubrirlo y co-rresponder a su presencia. Se trata de ofrecer un compromiso de vida, que relacionado con el texto leído, meditado y rezado, sea nuestra respuesta concreta a Dios en la vida.

Sinteticemos todo lo compartido en una frase del texto, o en el compromiso asumido. Esa idea o frase nos va a acompañar hasta que nos encontremos nuevamente, tratando de tenerla en cuenta en todo momento y buscando un momento cada día para recordarla y tener un tiempo de oración cotidiano donde volver a charlarla con el Señor.

Escuchar la Palabra para vivirla
La lectura orante de la Biblia es el mejor camino para encontrarnos con la Palabra viva de Dios.

"En efecto, la Palabra de Dios es viva y eficaz, más penetrante que espada de doble filo. Penetra hasta la raíz del alma y del espíritu, sondeando los huesos y los tuétanos para probar los deseos y los pensamientos más íntimos. Toda criatura es transparente ante ella; todo queda desnudo y al descubierto a los ojos de Aquel al que debemos dar cuentas"                                                                      Heb. 4, 12-13

Palabra que nos libera de nuestros egoísmos y nos amplía la mirada para ver el mundo con los ojos de Dios, y así poder comprometernos con firmeza, perseverancia y alegría en la transformación de este mundo en el proyecto de Dios: su Reino.


Para practicar en forma personal
- Haz el propósito de leer dedicar durante una semana 10 minutos a la lectura de la biblia. Conviene seguir los textos de cada día (están en cualquier agenda), de esta manera te unes a la oración de toda la Iglesia.

- Algunas pistas:

  •  Lee la lectura un par de veces en silencio.
  • Trata de pensar en la época en que el texto fue escrito, para entender mejor qué mensaje contiene (Es bueno leer las introducciones a los diferentes libros que traen la mayoría de las Biblias, así como las notas al pie de página)
  • Intenta contestarte la pregunta ¿qué me quiere decir Dios con esto?
  • Haz un rato de silencio interior (intenta no pensar sino escuchar, puedes cerrar los ojos, si te ayuda) 
  • Piensa una intención a la luz del texto, ¿qué le quieres pedir o dar gracias al Señor?
  • Busca un compromiso concreto para vivir en el día a la luz del texto.

Ofrécelo en la oración.




Un ejemplo sencillo 



Lectura:

Mc. 4, 1-9 La parábola del sembrador.


Trabajo con el texto:

• ¿Qué es una parábola?
• ¿Por qué Jesús las usaba?
• ¿Por qué Jesús utiliza este ejemplo?
• ¿Cómo era la gente que lo escuchaba?
• ¿Cómo se sembraba en esa época?
• ¿Qué representa cada situación?

Meditación:
• ¿Qué tipo de tierra somos?
• ¿Cómo recibimos la semilla?
• ¿Damos fruto?
• ¿Qué tipo de fruto?
• ¿Cómo colaborar con el sembrador?
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Oración:

A la luz de este texto ¿qué le decimos a Dios?
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Contemplación-Compromiso:

Ofrecer una tarea a realizar , una actitud a cambiar, un gesto solidario.

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A partir de hoy comenzaremos a compartir en este espacio nuestras oraciones de las lecturas del día domingo. 

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