¿Y qué es un proyecto de vida? Es la suma de cuatro factores-. La realidad de nuestra naturaleza + las circunstancias personales y sociales en que vivimos + la luz de la meta ideal que nos hemos propuesto + el esfuerzo constante para conseguirlo. Si falla cual- quiera de estos cuatro factores, nuestra vida será esclava e in- completa.
Por eso, en primer lugar, la libertad es algo que se realiza siendo lo que somos y tal como somos. Nadie es libre en la piel de su prójimo. Sólo somos libres «desde» nosotros mismos, asumiendo cordialmente lo que somos, listos o tontos, gordos o flacos, valientes o cobardes. Esa es la tierra desde la que hay que construir. No desde los sueños. Una libertad soñada es eso: un sueño.
El segundo factor son nuestras circunstancias: tenernos que ser libres dentro de la civilización en la que de hecho vivimos; libres desde la educación que hemos recibido y de la que podemos recibir; libres -relativamente-,desde nuestras circunstancias económicas y sociales. M tope de libertad no será el del rey o el del pordiosero. Yo tengo que llenar hasta el límite «nús» cotas de libertad, no las que imaginariamente pude tener.
Luego está -fundamentalísimo- el ideal por el que libremente hemos apostado. Y seremos libres estando «al servicio» de ese ideal, que a veces parecerá que nos encadena, pero que nos está multiplicando. Sólo se es libre cuando se tiende hacia algo apasionadamente.
Y después está el esfuerzo de cada día. Porque la libertad ni se encuentra ni se otorga, se construye. No deja de tener gracia el que, ante unas elecciones, tal o cual partido -o la propia jerarquía eclesiástica- diga que «nos da libertad de voto». Nadie «da» la libertad. La libertad no viene de fuera. Pueden partidos o instituciones no poner trabas a nuestra libertad. Pero la libertad es nuestra.
Se construye... lentamente. «La libertad, como la vida -decía Goethe-, sólo la merece quien sabe conquistarla todos los días
Martín Descalzo
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