lunes, 10 de junio de 2013

Dios mío, si existes, haz que yo te conozca




Charles de Foucauld solía repetir: «Dios mío, si existes, haz que yo te conozca».

¿Y después? Nadie puede prever lo que puede pasar. ¿Se despertará de nuevo tu fe? ¿Habrá un cambio en tu vida? ¿Seguirá todo igual? Lo importante es tu postura sincera de búsqueda de Dios.

En cualquier caso, siempre deberás recordar que, aunque tú vuelvas a tu vida rutinaria de siempre, Dios seguirá ahí, sosteniéndote con amor. Aunque desoigas todas sus llamadas y tu fe siga apagándose, Dios no te abandonará. Esa es la Gran Noticia de Jesús: Dios no se aleja de nosotros ni siquiera cuando pecamos contra él. Incluso cuando pecas, él te está perdonando, y si ese perdón no llega hasta ti es solo porque tú te cierras.

Recuerda las palabras de Juan Bautista: «Preparad el camino del Señor, allanad sus senderos». Tú puedes abrirte más a Dios. Un día, no sabes la hora, tal vez te encuentres con el Dios vivo de Jesucristo. Lo notarás al sentir su paz dentro de ti.

EL CAMINO ABIERTO POR JESÚS-MATEO
José Antonio Pagola

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