jueves, 11 de abril de 2013

Te veo y no te veo



Cuando no te veo, te añoro y te busco. 
Pregunto por las calles, 
intento adivinar tu rostro 
en fragmentos de vidas ajenas 
en ojos que fugaces se me cruzan, 
en episodios brillantes, 
o en las grietas de cada historia. 
Pregunto al presente, 
quién es samaritano y quién te crucifica, 
a quién alzaste del suelo, 
quién aprendió, contigo, 
a soltar la piedra y extender la mano. 
Bebo las respuestas, con avidez. 
Y a veces te veo. Porque estás, 
a tu manera discreta, 
sin imponerte. 
Basta un instante de reconocimiento 
para encender, de nuevo, la mecha. 
¡El amor auténtico! 
Ahí está la verdad. 

José Mª Rodríguez Olaizola, sj

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