martes, 19 de febrero de 2013

Amar es dar la vida



Amar es dar la vida
por los demás,
para que vivan mejor.

Aman la madre y el padre
que todos los días
trabajan por sus hijos
y los acompañan en su crecimiento,
y les dan cariño
y los escuchan.

Aman los docentes
que todos los días
buscan lo mejor para sus alumnos,
y tratan de enseñar,
para que puedan tener un futuro mejor,
con paciencia y estímulo,
a pesar de las dificultades.

Aman los amigos
que se saben acompañar,
en las buenas y en las malas,
que se alegran con los dones del otro,
y saben aconsejar
cuando el otro se equivoca.

Aman los muchos religiosos y religiosas,
y curitas,
que desde la vida del pueblo,
buscan ofrecer una palabra de aliento,
y hacer presente al Dios de la Vida,
en medio del sufrimiento, la soledad,
y los problemas cotidianos.


Aman como Jesús,
todos ellos y muchos otros,
que se sienten responsables de los demás,
que buscan lo mejor para el otro,
que practican el bien
comenzando por el que tienen al lado.

Aman como Jesús,
los que cuidan de los demás,
para atender sus dolores
y compartir sus alegrías,
para buscar juntos el pan y el trabajo,
para proveer la educación y la salud
que todos necesitamos.

Aman como Jesús,
los que comparten la vida de los pobres,
los que plantan su tienda
entre los excluídos de nuestro tiempo,
los que buscan un mundo mejor
para todos, para todos…

Aman como Jesús,
que es buen pastor
y entrega su propia vida,
porque no hay amor más grande
que dar la vida,
y no hay vida más plena
que la que se vive para los demás.
Sencillamente porque Jesús,
nuestro Dios y nuestro Hermano,
nos muestra que es posible
amar hasta darlo todo.

Marcelo A. Murúa

No hay comentarios:

Publicar un comentario