sábado, 8 de diciembre de 2012

Inmaculada Concepción (San Maximiliano Kolbe)


¿Quién es la Inmaculada?.

 A esta frecuente pregunta no es posible dar una respuesta satisfactoria, ya que sobrepasa la inteligencia humana.
En las Letanías de Loreto, hay una gran cantidad de bellos títulos dados a la Madre de Dios, pero esto no es suficiente. La Santa Escritura habla poco de ella, se limita a contarnos algunos hechos como la Anunciación, la Natividad, etc... San Juan habría tenido la posibilidad de decir mucho al respecto, él que fue el testigo de su vida bienaventurada durante largos años.
Diversas gracias en la historia de los pueblos, numerosas apariciones, pero sobre todo la historia de la gracia en cada alma ¡si se la pudiera escribir! Todo esto podría responder parcialmente a la pregunta:

¿Quién es la Inmaculada?
Ella es la Madre de Dios, y ella se llama la Inmaculada. Cuando Dios se manifestó a Moisés, dijo de si mismo: «Yo soy el que soy» (Ex 3,14), es decir el ser mismo.
La Madre Santísima, cuando Bernardette le preguntó cual era su nombre, respondió: «Yo soy la Inmaculada Concepción». Tal es la definición de la Inmaculada.

¿Qué quiere decir Inmaculada Concepción?
La palabra «concepción» quiere decir que ella no es eterna, que ella tiene un comienzo. «Inmaculada», que desde el primer instante de su existencia, no ha habido en ella el menor alejamiento de la voluntad de Dios. La Inmaculada es la más perfecta de las criaturas, la más sublime, ella es divina.
Ella fue por lo tanto inmaculada porque ella iba a ser Madre de Dios; y ella llegó a ser Madre de Dios porque ella fue Inmaculada.

Madre de Dios

Es imposible comprender con la inteligencia humana quién es Dios; y no estamos tampoco en mejor posición para comprender la dignidad de la Madre de Dios. Se puede comprender más fácilmente el título «sierva de Dios», pero ya con más dificultad la expresión «Hija de Dios». En cuanto a «Madre de Dios», eso sobrepasa toda inteligencia.
Dios, al crear, llama a los seres a la existencia. A continuación esos seres, en su movimiento de retorno hacia Dios, se aproximan a El y se asemejan cada vez más al Creador. Dios sobreviene en la criatura más perfecta, la Inmaculada, y el fruto de este amor, es Jesucristo, Mediador entre el creador y las criaturas.
Cuando preguntamos: quién es la Inmaculada, nuestro lenguaje no está a la medida para poder responder. No es posible que nos hagamos una idea conveniente de ello...
El conocimiento de la Inmaculada, puede solamente venir por la oración. Cuanto más pura es un alma y más hace el esfuerzo por no caer, –e incluso si llega a caer, ella hace el esfuerzo para liberarse de ello reparando la caída con actos de amor–, y cuanto más humildad tiene y más espíritu de penitencia, más y mejor podrá ella conocer a la Inmaculada.




Autor: San Maximiliano Kolbe

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