martes, 2 de octubre de 2012

¿Qué belleza salvará al mundo?




El Cardenal Carlo María Martini, Arzobispo emérito de Milán, en una de sus tantas y valiosas cartas pastorales, nos recordaba “la pregunta que Dostoievski, en su novela El Idiota, hace por labios del ateo Hippolit al príncipe Myskin: ¿Es verdad, príncipe, que dijisteis un día que al mundo lo salvará la belleza? Señores-gritó fuerte dirigiéndose a todos-, el príncipe afirma que el mundo será salvado por la belleza... ¿Qué belleza salvará al mundo?

El príncipe no respondió a la pregunta, igual que un día Jesucristo, no había respondido más que con su presencia a la pregunta ¿qué es la verdad? Parece como si el silencio de Myskin-que con infinita compasión de amor se encuentra junto al joven que está muriendo de tisis a los dieciocho años-quisiera decir que la belleza que salvará al mundo es el amor que comparte el dolor.” En definitiva nos habla de la belleza de rostro del crucificado como paradigma de Salvación.
¡Cuánto necesita hoy nuestra Patria el brillo de esta belleza salvadora en el rostro de sus ciudadanos!

La belleza de aquellos que hacen de la vida una ofrenda, un deber y una oblación.
La belleza de quienes postergan su noviazgo hasta consolidad su voluntad, disciplinar su afectividad y madurar su inteligencia.

La belleza de aquellos que optan por una carrera, un oficio para servir mejor a la comunidad.

La belleza de quienes prefieren perder el ojo, el brazo, el pie; si ese ojo, pie o brazo son ocasión de pecado.

La belleza de los que no profanan el amor.

La belleza de mantenerse firme aunque el entorno claudique

La belleza de quienes deciden su futuro, orando, consultando y reflexionando.


La belleza de hacernos, como María, esclavos de la palabra del Señor.

La belleza de aquellos que sufren cuando la Iglesia y el País padecen y se alegran cuando la Iglesia y la Patria triunfan.

La belleza de quienes son capaces de asumir el martirio de vivir contra la corriente.


Nos conceda el Señor la Gracia de la Belleza de su Rostro que trae la salvación para bien de nuestra Patria.

Pbro. Lic. Alberto Agustín Bustamante, presidente de Consudec

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